lunes, 22 de junio de 2009

¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?

Por José Martín Cervantes Sotelo

El aprendizaje de una competencia lo considero un proceso complejo que no puede ser observado y medido con base en simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera; este enfoque causa modificaciones importantes en las prácticas en el aula, en la concepción de los planes y programas de estudio y por supuesto en las prácticas de evaluación.
Bajo este enfoque, el desarrollo de una competencia, va más allá de la simple memorización o aplicación de conocimientos de forma instrumental en situaciones dadas. La competencia implica la comprensión y transferencia de los conocimientos a situaciones de la vida real, exige relacionar, interpretar, inferir, interpolar, inventar, aplicar, transferir los saberes a la resolución de problemas, intervenir en la realidad o actuar previendo la acción y sus contingencias. Es decir, reflexionar sobre la acción y saber actuar ante situaciones imprevistas o contingentes.
El aprendizaje de una competencia está muy alejado de lo que es un aprendizaje mecánico e implica el mayor grado de significatividad y funcionalidad posible, ya que para poder ser utilizada deben tener sentido tanto la propia competencia como sus componentes procedimentales, actitudinales y conceptuales.
Bajo esta perspectiva, aprender no solo significa en el alumno la incorporación de nuevos conocimientos a los anteriores, significa también la posibilidad de transformar su realidad, o la percepción que tiene de ella, y a través de la construcción, de los conocimientos origina la autoconstrucción de él mismo, al permitirle desarrollar su estructura social, interpersonal, personal y profesional bajo un enfoque holístico.
La práctica docente debe entonces dirigirse a facilitar las estrategias necesarias para recoger, seleccionar, jerarquizar, interpretar y transformar la información desde una dinámica crítica en un conocimiento útil para su intervención en la realidad y las condiciones del aprendizaje por competencias están directamente relacionadas con las condiciones que deben darse para que los aprendizajes sean los más significativo, situado y funcional posible.
El enfoque didáctico centrado en las competencias causa modificaciones importantes en la práctica docente, y en la concepción de los planes y programas de estudio, así como en las prácticas de evaluación, en este último aspecto ya no se trata de evaluar contenidos (en términos de conocimientos o saber-hacer) sino, más bien de competencias, que conllevan métodos e instrumentos empleados y también tener en cuenta el objeto que se debe evaluar.
La evaluación del aprendizaje de competencias, al menos inicialmente, responde a la evaluación de contenidos; pero no toda la evaluación está referida a ello. Si consideramos que la evaluación es un aspecto complejo donde convergen diferentes dimensiones, entonces debemos considerar que están implicados procesos de evaluación también complejos.
El proceso de evaluación de las competencias consistirá en utilizar los medios que permitan reconocer si los esquemas de actuación que ha aprendido el estudiante pueden serle de utilidad para superar situaciones reales en contextos concretos lo más aproximados a la realidad; para evaluarla es necesario tener datos fiables sobre el grado de aprendizaje de cada estudiante con relación a la competencia implicada, para ello se requiere el uso de instrumentos y medios diversos en función de las características propias de cada competencia y los distintos contextos donde ésta debe o puede llevarse a cabo.
Dado que las competencias están constituidas por uno más contenidos de aprendizaje, es necesario identificar los indicadores de logro para cada uno de ellos, pero integrados o que se puedan integrar en la competencia correspondiente y el medio para conocer el grado de su aprendizaje será la intervención del estudiante ante la situación problemática planteada. La evaluación bajo el enfoque de competencias no solo implica evaluar el resultado del aprendizaje del alumno, también el proceso de enseñanza-aprendizaje, por lo que conlleva a que en paralelo también el docente va desarrollando, aprendiendo y evaluando bajo el enfoque de competencias, su propia praxis educativa.

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